Cruzando al otro lado del océano

Son las 6 de la mañana, y en la vieja casita de chocolate como la llamaba de cariño, empieza una mis mas grandes odiseas, siempre habia soñado con que algún día remontaría un vuelo impresionante, cuando naces en una cuna humilde y rodeada de mucha necesidad, tu mente y corazón toman decisiones irrevocables, muchas veces los motivos para dejar tus tierra, tu familia, tus amigos, tus aficiones y verdor del campo; una infancia y adolescencia llenas de amor y risas, se tornan primordiales cuando quieres cumplir un sueño, piensas en la inmigración como único recurso para salir de la pobreza y de las cuatro paredes de una casa hecha de adobe y madera, construida por los cinco miembros de mi familia eso sí fabricada con tesón y esfuerzo, era todo el patrimonio familiar, la enfermedad de mi padre, la impotencia de ver que a veces no teníamos que comer, te hace meditar en que tienes que tomar cartas en el asunto, y que debes explotar tus talentos y tus capacidades, y poner marcha el dispositivo de acción, para cumplir una anhelo casi imposible en tu país natal, aunque vivía en la capital quiteña, con la situación que el Ecuador tenia y los pocos dólares que ganaba en la cruz roja no me alcanzaba para cumplir mi meta de ser maestra, todo el dinero que ganaba era prácticamente destinado a los gastos de mi casa, comida, luz, agua etc. Mi aporte era vital, y tenia que ayudar y sustentar a mi familia, mi padre y a mi misma; su alcoholismo le impedía ver mas allá de sus narices, no paraba día y noche, aunque no era agresivo, me incomodaba su forma de vivir y al mismo tiempo me martirizaba el alma, le tenia mucha devoción porque aun a pesar de sus problemas de alcohol, me habia trasmitido algo importante como el amor a la lectura, al estudio nunca me maltrato todo lo contrario recibí mucha sabiduría de su parte el dilema que azotaba mi mente era, que porque siendo tan listo e inteligente la vida le hacia esta mala jugada, el quería cumplir en nosotros ese gran sueño que sus padres no pudieron cumplir en él, tener una carrera universitaria, ser alguien como él decía , Tofito como le decíamos de cariño, me enseño la virtud y la humildad de luchar por ser alguien en la vida, cada vez que estaba borrachito me pedía perdón por no poder darnos todo lo que necesitábamos, en parte lo entendía porque esa maldición del alcohol es como una bomba de tiempo, que poco a poco estaba acabando con su mente y su cuerpo, de pronto entendí a mi madre cuando agarro sus maletas e inmigro a España junto con mi hermano intermedio, fue tan valiente que no le puedo reprochar nada, su sueño de trabajar y hacernos una casita mas decente con hormigón, ducha y ventanales grandes, de tres plantas un piso para cada hermano, con un patio enorme donde los nietos puedan jugar a sus anchas y donde pueda pasar su vejes en compañía de toda su familia y su esposo.

 

Fue difícil tomar la decisión pero tenia que aprovechar la oportunidad que mi madre me estaba dando, el 1 de octubre del 2001, como de costumbre entre al locutorio para llamar a mi madre y mi hermano, era difícil comunicarse, desde tan lejos, pero ese día como un milagro la llamada entro de primera la emoción era innegable.

REFLEXIÓN

Este es un fragmento de un texto sobre mi vida familiar y  personal que lo escribí hace dos años,  algún día me animare a publicarlo porque explica un poco los valores de amor, esfuerzo y colaboración que me trasmitieron mis padres, nací en una familia núclear tengo dos hermanos mi familia sta compuesta por cinco miembros,   viví una niñez preciosa en el campo, rodeada de arboles, granja de animales y ríos, al igual que mis hermanos ayudaba a mis padres en los quehaceres del trabajo campesino,  mis padres siempre me enseñaron el valor de la familia,  porque en mi cultura la familia es como una sociedad donde todos colaboran, comparten, tienen obligaciones y derechos.

Desde que tengo 15 años trabajo y estudio, mis padres me han enseñado el valor del trabajo y la importancia que tiene conseguir las cosas con esfuerzo, mis padres me enseñaron  a valorar cada céntimo de dinero que ganaba con mucho esfuerzo y sacrificio, talvez la eduación que recibí no es como la actual los padres de hoy son permisivos y consentidores facilitandoles todo a los hijos sin que ellos valoren nada;  otro aspecto que aprendí de mis padres fue el trabajo comunitario es otra de las características de mi familia,  todo lo hacemos en grupo para beneficio de todos pensamos en todos y no en cada uno de forma individual,  somos una cultura muy cariñosa,  donde los valores de respeto hacia las personas adultas es vital,  solo decir que el mejor legado que mis padres me han podido dar es la educación y el amor y respeto hacia los demás.

En la actualidad mi familia  parte de mi familia vive en Ecuador (padre y hermano) y la otra mitad en España (madre y hemano) es una situación muy dificil tomando en cuenta que somos una cultura donde la unidad familiar predomina los lazos filiales son muy fuertes;   pero dando gracias a las nuevas tecnologías podemos hablar y vernos y así avivar el cariño y la comunicación.

En mi familia el respeto  y  la consideración hacía nuestros progenitores es básico para el buen funcionamiento del hogar, desde muy pequeños (11-12 años) nuestra madres nos enseño a colaborar en los quehaceres de la casa cocinar, pelar patatas, hacer una ensalada,  aprendizaje que mis hermanoos y yo agradecemos porque sabemos manejarnos muy bien en las labores caseras.

Espero que cuando sea madre tenga la suficiente sabiduría como lo tuvíeron mis padres conmigo que me enseñaron a valorar la vida, a las personas y a mí misma.